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Así es mi País

16 de marzo de 2007

La Guerra Domínico-Haitiana

Historia Dominicana
La Guerra Domínico-Haitiana: Primera Campaña
La Fuente del Rodeo - "Bautismo de sangre" La primera columna del ejército haitiano que penetró en territorio dominicano fue la comandada por el General Souffrant. Una avanzada, a cargo del Coronel Louis Auguste Brouard, había llegado a Neiba el día 9 de marzo, contrarrestando allí el pronunciamiento independentista hecho por el Capitán Fernando Tavera, ayudante del alcalde de Neiba. Al amanecer del 11 de marzo de 1844, en el lugar denominado La Fuente del Rodeo, unos 20 kilómetros al este de Neiba, el Capitán Tavera, junto a sus tenientes Vicente Noble, Dionisio Reyes y Nicolás Mañón, se enfrentaron a la avanzada haitiana comandada por Brouard, para resultar victoriosos y obtener en ese combate singular el primer triunfo del ejército del naciente Estado Dominicano. [Ver mapa]
Un cronista haitiano, el teniente Dorvelás-Doval, ayudante de Brouard y testigo presencial del suceso, escribió: "...el 11, al alba, una columna de alrededor de doscientos hombres, caballería e infantería, armados de fusiles, lanzas y espadas, tomó posición y atacó nuestra avanzada al grito de 'Viva la República Dominicana! Dios, Patria y Libertad'." Los dominicanos hicieron retroceder al batallón haitiano aunque en la acción el comandante Tavera sufrió una herida de consideración (por cuya causa fue sustituido en el mando por sus tenientes Vicente Noble y Dionisio Reyes). A este primer combate victorioso del pueblo dominicano, el historiador José Gabriel García lo calificó de: "...verdadero bautismo de sangre de la República!.
Camino a Azua
Al replegarse hacia Neiba, el Coronel Brouard hizo que los regimientos 20° y 21° se adelantaran a paso de carga desde Las Barbacoas (la actual Villa Jaragua) hasta La Cabeza de Las Marías, al este de Neiba [ver mapa], en donde en una breve acción derrotaron el día 13 a los tenientes de Tavera, Vicente Noble y Dionisio Reyes, quienes se replegaron hasta el Yaque del Sur, mientras la vanguardia haitiana sostenía aquella posición en espera del grueso de la visión de Souffrant. Entre tanto Hérard ainé, avanzando a través de Comendador y Las Matas de Farfán, ocupó, tras una breve escaramuza sostenida contra la avanzada del Comandante Luis Álvarez, a San Juan de la Maguana el día 16, retirándose Álvarez hacia Azua en donde informaría del avance enemigo. Instalado en San Juan, Hérard escribe un oficio al General Morisset dando instrucciones, "para poner en pie todos los ciudadanos de su distrito" para tomar las armas, a la vez que le comunicaba la salida de Cabo Haitiano de la división de Pierrot bajo cuyas órdenes serviría al mando de una columna que dirigiría "su marcha con toda celeridad sobre Santo Domingo, donde usted me encontrará". El mandatario haitiano ignoraba que el 6 de marzo Morisset se había visto en la obligación de capitular y entregar el Fuerte San Luis ante el cerco que le impusieron las tropas cibaeñas. Hérard avanzó hacia Azua y el 18 en la tarde llegó a Los Jobillos, y allí fue contenido por la fuerza de cubierta comandada por el teniente coronel Lucas Díaz, que le opuso en el paso del río Jura, unos pocos kilómetros al oeste de Azua, lugar hacia donde se replegó el comandante Díaz tras cumplir su misión retardatoria, obligando a las tropas haitianas atrincherarse y pernoctar en la margen occidental de dicho río. El mismo día 18, en Las Hicoteas (o La Hicotea), al este de la Sierra Martín García [ver mapa], un batallón capitaleño, comandado por Manuel Mora, y otro banilejo, comandado por Manuel de Regla Mota, y la vanguardia al mando de los comandantes José María Cabral y Francisco Soñé, derrotó a la vanguardia de Souffrant obligándola a pernoctar allí e impidiéndole participar en la batalla del siguiente día.
El historiador haitiano Thomas Madiou escribió: "El 21 llegó el General Souffrant a la cabeza de su columna, que tenía tres días de retardo a causa de las emboscadas que se había visto obligado a combatir, casi diariamente, desde su salida de Neiba". Estos combates y emboscadas fueron las acciones retardatrices libradas por las fuerzas dominicanas de avanzada como parte de la defensa elástica adoptada por el Coronel Antonio Duvergé desde Azua, encargado del Cordón defensivo del Sur, que tenía como objetivo desgastar y dilatar las fuerzas enemigas en su avance, mediante acciones móviles, cediendo terreno, hasta lograr anular el impulso de su marcha e impedir, tal como sucedió, que la división del General Souffrant llegara a tiempo para participar en la batalla librada el 19 de marzo.

La Batalla del 19 de Marzo

Monumento en Azua. (19 de Marzo) La Batalla del 19 de marzo Luego de Proclamada la Independencia, nuestro país fue escenario de diferentes batallas, una que marco el antes y el después fue la reconocida Batalla del 19 de marzo de 1844 en la provincia de Azua de Compostela. En esta fecha se libró la primera gran acción de guerra entre tropas dominicanas y las fuerzas invasoras haitianas, encabezadas por el entonces Presidente Charles Hérard, la cual tuvo lugar en la entrada de Azua, camino a San Juan. Una vez Charles Hérard se dio cuenta del Movimiento Independentista de 1844 preparó su ejercitó con fin de combatir a los dominicanos, saliendo de Puerto Príncipe con 30,000 hombres divididos entre 10,000. Una al mando del General Pierret quien tomó las ciudades de Puerto Plata y Santiago, y la otra comandada por Hérard, que se dirigía a hacia Azua, y finalmente la de Neyba, al mando del General Souffront. Mientras en la parte dominicana se encontraba el General Pedro Santana que estuvo acompañado por Antonio Duvergé, quien estaba encargado de velar por los diferentes lados durante la batalla. Las tropas dominicanas estaban posicionadas en puntos estratégicos en la ciudad de Azua, conformadas por 2,500 soldados, entre los que se encontraban hateros y monteros, que formaban el ejército de Pedro Santana. Entre los soldados se encontraban jóvenes azuanos que habían sido entrenados por Duvergé y Francisco Soñé. Para combatir el ejército haitiano Santana formó dos líneas compuestas por dos cañones, uno a cargo de Francisco Soñé, y la otra por el Teniente José del Carmen García. Datos históricos revelan que la batalla inició alrededor de la 7:30 de la mañana, donde los dominicanos vencieron a los haitianos, aunque no se sabe con exactitud el número de muertos de ambos países, lo que si se sabe es que los haitianos se vieron obligados a salir del territorio dominicano. Otros militares que combatieron fueron, los soldados Valentín Alcántara y Vicente Noble. Al centro de la defensa dominicana una pieza de arma y el grueso de las tropas comandadas por Juan Esteban Ceara, Lucas Díaz y Luís Álvarez. Cada 19 de marzo es motivo de fiesta en la Provincia sureña, donde autoridades gubernamentales se trasladan a celebrar un año más de tan importante gesta, y solo en azua es declarado día de fiesta. Mapa de la Provincia de Azua donde se escenificó la Batalla del 19 de Marzo.

9 de marzo de 2007

Biografìa de Renè Descartes

La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés. René Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), donde gozó de un cierto trato de favor en atención a su delicada salud. Obtuvo el título de bachiller y de licenciado en derecho por la facultad de Poitiers (1616), y a los veintidós años partió hacia los Países Bajos, donde sirvió como soldado en el ejército de Mauricio de Nassau. En 1619 se enroló en las filas del duque de Baviera; el 10 de noviembre, en el curso de tres sueños sucesivos, René Descartes experimentó la famosa «revelación» que lo condujo a la elaboración de su método. Tras renunciar a la vida militar, Descartes viajó por Alemania y los Países Bajos y regresó a Francia en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida independiente; pasó una temporada en Italia (1623-1625) y se afincó luego en París, donde se relacionó con la mayoría de científicos de la época. En 1628 decidió instalarse en los Países Bajos lugar que consideró más favorable para cumplir los objetivos filosóficos y científicos que se había fijado, y residió allí hasta 1649. Los cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema del mundo y su concepción del hombre y del cuerpo humano, que estaba a punto de completar en 1633 cuando, al tener noticia de la condena de Galileo, renunció a la publicación de su obra, que tendría lugar póstumamente. En 1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres ensayos científicos. Descartes proponía una duda metódica, que sometiese a juicio todos los conocimientos de la época, aunque, a diferencia de los escépticos, la suya era una duda orientada a la búsqueda de principios últimos sobre los cuales cimentar sólidamente el saber. Este principio lo halló en la existencia de la propia conciencia que duda, en su famosa formulación «pienso, luego existo». Sobre la base de esta primera evidencia, pudo desandar en parte el camino de su escepticismo, hallando en Dios el garante último de la verdad de las evidencias de la razón, que se manifiestan como ideas «claras y distintas».